sábado, 28 de junio de 2008

Vestuario de "La ventana indiscreta"

El otro día viendo esta obra maestra me di cuenta de que el vestuario increible. La diseñadora fue Edith Head, una grande en Hollywood.

Aqui teneís los diseños que luce Grace Kelly a lo largo de la pelicula:

Vestido en blanco y negro con falda de seda. Un vestido ideal para una boda o evento especial.




















Su look de oficina (aunque el personaje no trabaja)en color verde. El punto fuerte es la blusa, al cuello y con la espalda al aire.

















Vestido negro, ideal ¿para cenar con el hombre de nuestros sueños?


















¿Con cual os quedais?

3 comentarios:

ZEPETIT dijo...

El don de la elegancia!

Zepequeña.

versus dijo...

Hola...
Seleccionando fotos para un trabajo sobre fondo de armario, he encontrado tu blog, y en la entrada VESTUARIO DE LA VENTANA INDISCRETA, hay un error:
Edith Head no era un modisto, él era ella...Una modista:
(Aquí he pegado un artículo de otro blog, no el mio, sacado de internet que habla muy bien de ella. DISFRUTALÓ):
Un saludo
Raúl
26 Septiembre 2006
Cuando el diseñador NO es la estrella
Edith Head fue una pionera. Pionera en el uso de los colores neutros, pionera en la transformación de su propia imagen en icono (su gran hallazgo no fueron los cortes rigurosos ni la perfecta adaptación de cada modelo a la evolución dramática de la trama, no: su gran hallazgo fueron las gafas oscuras tras las que siempre iba parapetada; imagen que luego le han copiado, hasta la saciedad, la mamarracha de la Lagerfeld o Anne Wintour, entre otros), pionera del minimalismo, pionera en el flequillo Tania-guerrillera. Edith Head es lo más. No era la mejor –Travis Banton y Adrian le daban tres mil vueltas–, pero paradójicamente era infalible: un vestuario diseñado por ella siempre es perfecto. Queda bien, es elegante y no distrae al espectador. No se puede pedir más.



A Edith Head se deben, entre otros, el traje de cóctel de Bette Davis en Eva al desnudo (producto de una equivocación: cuando se lo probó antes de rodar, el vestido le quedaba tan ceñido que Bette fue incapaz de subirse las mangas; improvisó ese escote maravilloso con un broche de brillantes), el guardarropa new look de Gloria Swanson en El crepúsculo de los dioses, los modelos de Grace Kelly en Atrapa a un ladrón…

El director favorito de miss Head era Alfred Hitchcock. Como ella, no se sentía artista –“Haga el favor de no llamarme eso”, le replicó a un periodista–; como ella, sus películas van al grano; como ella, su estilo es elegante, sin amaneramientos. Los dos reconocían en el trabajo del otro la verdadera esencia del talento: una inteligencia fría y cortante como un bisturí. En realidad, esa es la característica más peculiar de esta diseñadora de vestuario: su mente estaba llena de cuchillas. También en su vida privada.

Miss Head veía la vida tras el cristal ahumado de sus gafas. Azul humo. Sus relaciones con los hombres no fueron una balsa de aceite. Ni sus relaciones con las estrellas. Ni, desde luego, sus relaciones con las subordinadas. Todo el mundo le reprochaba que era “muy diplomática”. O sea, que era súper falsa porque trataba de contentar a todos: a las estrellas, a los directores, a los estudios… ¿Y a ella? Bueno, a la diseñadora que la zurzan. Lo importante son los demás.

Hoy, los diseñadores se han convertido en estrellas y son ellos los que imponen sus condiciones. Y a pesar de eso, nunca los actores han estado tan mal vestidos como ahora. ¿Cómo es posible?

Moraleja: No hagas como Edith. No intentes contentar a los demás a toda costa. No intentes contentar a nadie. Es imposible; sólo lograrás quebraderos de cabeza y pelearte con todo el mundo (que, naturalmente, pensará que eres una liante con más caras que Jano). Y, sobre todo, por Dios, no intentes suicidarte como la pobre Edith.

Lapija dijo...

Gracias por la correcion